Las escuelas de Chiapas, son las pobres del país. Foto: CuartoOscuro |
(En
la Mira)
Héctor
Estrada
Las
denuncias hechas por el diputado federal Guillermo Santiago, como parte de su
“Gira contra la Corrupción”, han puesto el dedo sobre las llagas que aún se
mantienen en carne viva. Uno de los casos más escandalosos tiene que ver con el
turbio manejo de recursos al interior de la Secretaría de Educación en la
entidad chiapaneca donde el rezago y deterioro en la infraestructura escolar
simplemente no concuerda con los millonarios presupuestos asignados por la
Federación.
El
ejemplo más indignante tiene que ver con la escuela “Secundaria del Soconusco”
que, de acuerdo a las evidencias fotográficas expuestas por el legislador
presenta actualmente un grave deterioro en materia de mobiliario, espacios y
servicios básicos escolares. Todo pese a que en 2016 le fue asignado un
presupuesto equivalente a los seis millones 191 mil 869.73 pesos, dentro del
Presupuesto de Egresos de la Federación, aprobado por el legislativo federal.
La
escuela no ha tenido mejoras evidentes en los últimos años. Las bancas están ya
desarmadas, oxidadas, sin respaldos e incompletas; ya de construcción de nuevos
espacios ni hablar. Los salones se encuentran en el peor de los deterioros.
Entonces, ¿dónde están los más de seis millones de pesos que le fueron
asignados el año pasado? ¿Por qué no se ejecutó un presupuesto autorizado que
tanta falta hace a esa escuela?
El
caso de la Escuela Secundaria del Soconusco es el mejor ejemplo de lo que ha
sucedido con las escuelas de Chiapas durante los últimos años. Instituciones
que, pese a la engañosa publicidad gubernamental, en el mayor de los casos se
han mantenido prácticamente en el olvido, sin inversión sustancial para la
mejora de infraestructura o mobiliario. Nada distinto a lo que ha sucedido con
el resto de los rubros estatales durante los últimos cinco años.
Y
lo preocupante del caso es que no se trata de un asunto nuevo. A principios del
presente año la organización mexicanos Primero hizo público un análisis cuantitativo
sobre la situación de la educación en México donde se dio a conocer que en el
estado de Chiapas se habrían desviado 143 millones de pesos del dinero
destinado a la educación desde el Fondo de Aportaciones para la Nómina
Educativa y el Gasto Operativo (FONE).
La
agrupación precisó que, de acuerdo a las últimas auditorias federales, Chiapas
y el Estado de México comparten el quinto lugar a nivel nacional con la mayor
cantidad de recursos desviados, tan solo después de Veracruz (483 mdp),
Coahuila (285 mdp), Oaxaca (185 mdp) y Sonora (176 mdp). La entidad chiapaneca
alcanzó las cifras más alarmantes en la materia, superando a estados como
Jalisco y el Estado de México donde la asignación presupuestal es aún mayor.
A
lo anterior se suman más de 150 millones de pesos que se adeudan a los docentes
de secundarias técnicas. Un monto total que se suma a más de 800 millones de
pesos que la Secretaría de Educación simplemente no ha podido comprobar desde
los tiempos del ex secretario Ricardo Aguilar Gordillo. Recursos que han
quedado en el vacío, silencio y omisión evidente de quienes deberían vigilar
y/o denunciar las anomalías latentes.
Lo
que sucede hoy con la Secretaría de Educación y el turbio manejo de recursos
públicos es más que indignante. La corrupción que emana de las evidencias exige
a gritos una investigación más profunda sobre el caso Chiapas. La llegada y
desempeño de Roberto Domínguez Castellanos está hoy en tela de juicio por la
innegable complicidad que mantiene sobre las innumerables irregularidades que
hoy tienen a la educación en Chiapas dentro de tremendo rezago encrudecido… así
las cosas.